blog de psicología, perinatalidad y psiquiatría

Vivir un aborto, sea espontáneo o inducido, suele ser un camino repleto de sentimientos encontrados… Aunque cada persona va a vivirlo de manera distinta, en la mayoría de ocasiones el aborto tiene una implicación psicológica que debería tenerse en cuenta.

Sin embargo, en gran medida, la experiencia de la persona dependerá del tipo de aborto por el que haya pasado: natural o inducido, prematuro o avanzado… ¿Qué implicaciones puede tener un aborto en la salud mental?

Mente y cuerpo durante el embarazo

El embarazo viene acompañado tanto de cambios físicos, como de cambios en la manera de pensar de la persona. Además, ese cambio mental suele tener un papel relevante en el proceso de gestación.

Por un lado, si el embarazo es deseado, suele venir acompañado con gran ilusión y de un proceso en el que se asume un cambio crucial en la vida de la persona. En cambio, en el caso de que el embarazo no sea deseado, este puede ir acompañado de miedo, inseguridad y ansiedad.

A causa de esta implicación del cuerpo y la mente, durante el embarazo la vivencia de un aborto puede venir acompañada de secuelas psicológicas. Sin embargo, la repercusión será muy distinta en cada caso y, sobre todo, dependerá de la propia persona y su situación.

De hecho, son muchos los aspectos internos y externos que pueden afectar directamente en la manera en la que se vive el aborto. Por ejemplo, una misma persona podrá vivir el acto de manera muy distinta según su momento vital, su situación económica o personal… O, también, sus creencias y su ética pueden tener un efecto decisivo. Otro factor que puede afectar a la persona es la edad o la presión externa que pueda recibir para pasar por este proceso.

También cabe destacar que, en algunas ocasiones, la experiencia se vive con neutralidad o incluso con cierto alivio (sobre todo en el caso del aborto inducido), aunque los sentimientos negativos pueden acabar aflorando al cabo de un tiempo.

Sin embargo, tal como indica la Dra. Marta B. Rondón en “Resultados de la investigación sobre las consecuencias emocionales y psicológicas del aborto inducido” (2009), en estos casos, los sentimientos positivos suelen aumentar al cabo de un mes, en contraste al estrés sufrido antes del aborto.

Principales consecuencias psicológicas del aborto

Si has vivido un aborto, quizás hayas sentido algunas emociones que puedan asociarse con el desánimo o la culpabilidad. Es normal que surjan estos sentimientos en esta situación, y no por eso deberías apartarlos.

Al fin y al cabo, un aborto puede ser vivido como un duelo perinatal. En cualquier caso, tanto espontáneo como inducido, puede ser una experiencia traumática para algunos padres y madres, independientemente de la edad de gestación del bebé. En este caso, será necesario dar espacio, para asumir la pérdida y reconciliarse con la nueva realidad.

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¿Cuáles son las principales consecuencias de sufrir un aborto?

01. El duelo de la maternidad

Si para la mujer la relación con el embrión significa una relación madre-hijo, es natural que el aborto se asocie con tristeza y duelo. Un hijo perdido y su propia maternidad perdida tiene derecho al duelo, aunque la decisión de aborto haya sido suya. Puede vivirse el duelo, incluso cuando la decisión de abortar se siente correcta al mismo tiempo. El duelo se alivia con vivir y elaborar el duelo, no con la decisión de no llorar y olvidar.

02. Miedo y pérdida de confianza

Si el embarazo era deseado, es probable que surjan preocupaciones relacionadas con la infertilidad. Si una mujer ha tenido varios abortos, el miedo de no poder tener un hijo aumenta. En caso de nuevo embarazo, la madre puede llegar a tener un alto nivel de ansiedad, estrés y miedo por tener que sufrir otro aborto y otra perdida más.

Sin embargo, intenta tener presente que haber tenido un aborto no significa que uno no es capaz de tener un hijo. Deja pasar suficiente tiempo para recuperar la confianza en ti misma y no tirar la toalla, si el objetivo es formar una familia.

03. Culpabilidad

En aborto natural, el sentimiento de culpabilidad es muy frecuente, sobre todo si empiezan a surgir pensamientos como “¿podría haberlo hecho mejor?” o “¿en qué he fallado?”. No tiene sentido sentirse culpable, ya que no se puede controlar. Incluso, en el caso del aborto inducido, conviene observar la culpa para poder dejar ir este sentimiento y llegar a aceptarlo…

04. Deterioro del deseo sexual

Durante las primeras semanas después de un aborto, también es frecuente sentir un deseo sexual reducido, debido a la pérdida de confianza y a la culpabilidad. Esta situación puede tambalear la unión de la pareja, debido a la falta de intimidad. Si tú o tu pareja notáis que estáis en un valle, daros espacio y comprensión. La paciencia y la comunicación serán esenciales para superar este periodo que, tarde o temprano, pasará.

¿Qué pasa si te arrepientes de haber abortado?

A veces, el aborto puede lamentarse después. En estos casos, es bueno recordar cómo estaban las cosas en el momento de la decisión y por qué elegiste esta alternativa. La sabiduría posterior es fácil, pero a menudo injusta.

Los sentimientos de culpa pueden ayudarte a ver más claramente tus propios valores y metas, pero sumergirte en la culpa por más tiempo no refina ni corrige. Lo que pasó debe intentar ser aceptado y respetado.

Respetar el periodo de luto

Sea cual sea el motivo, vivir un aborto no es una experiencia agradable. Habrá personas que lo sabrán sobrellevar mejor, y otras que al cabo de años seguirán acarreando una culpabilidad y miedos. Si te encuentras en esta situación, intenta ser respetuoso con este momento vital por el que estás pasando.

Si crees que la angustia o los sentimientos negativos son persistentes, conviene buscar ayuda profesional. En Centro Lapsi, nos especializamos en ayudar a personas que han tenido que pasar por vivencias de duelo perinatal. Si crees que necesitas un apoyo profesional, te invitamos a contactar con nosotros para ver cómo podemos ayudarte.