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Detección precoz de autismo en bebes: cómo podéis detectar las primeras señales si sois padres

Sabías que el trastorno del espectro autista se puede detectar desde bebé? Según el Instituto de Salud Carlos III, más del 80% de los niños con autismo puede diagnosticarse antes de que cumplan los 30 meses? En ocasiones, pensamos que un bebé se porta muy bien por estar en silencio y sin incordiar… Pero en realidad puede estar mostrando señales de una afección que quizás afecte a toda su vida.

El trastorno del espectro autista es un trastorno que afecta al 1% de la población general. Aunque en la mayoría de casos se suele detectar a partir de los dos años y medio, es posible ver algunas de sus principales señales desde bebé.

Al hacerlo a temprana edad, los profesionales pueden actuar más rápido para paliar sus efectos en el desarrollo emocional, cognitivo y social del pequeño. Sin embargo, la tarea de detección precoz suele recaer sobre todo en los hombros de los padres, ya que en solo el 5% de los casos es el pediatra quien lo detecta.

Si eres papá o mamá, es posible que te estés preguntando: ¿cuáles son estas señales que pueden indicar que tu bebé tiene un comportamiento atípico? ¿Cómo deberías actuar a continuación? En este artículo, vamos a tratar de los principales indicios de que un bebé pueda padecer del trastorno del espectro autista.

Principales señales de autismo en bebés

Un bebé puede ser tranquilo por su personalidad. Sin embargo, cuando esta tranquilidad pasa a ser indiferencia hacia estímulos visuales o sonoros, lo más recomendable es consultar el motivo con vuestra pediatra o psiquiatra infantil. Estas son algunas de las principales señales que pueden guiarte:

El bebé no muestra interés por los sonidos.

Evita el contacto visual cuando le hablas o le alimentas.

No intenta interactuar con su entorno, ni balbucear.

No empieza a sonreír (falta de  sonrisa social a los 3 meses)

Tampoco imita a los adultos de manera espontánea (6 meses)

No reacciona ante su nombre.

A partir de los dos años, no mira hacia donde otra persona señala.

No muestra interés con los juegos, ni a ser cogido en brazos.

También puede suceder que el niño haga ruido en exceso.

De hecho, cada persona que padece el trastorno, suele mostrar síntomas propios y un comportamiento distinto. Esto puede dificultar el diagnóstico del trastorno, por lo que será necesario evaluar de manera individual a cada paciente.

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Cómo actuar frente la detección precoz de autismo

En caso de que sospeches que tu hijo o hija pueda tener autismo, el primer paso será hablar con vuestro pediatra o psiquiatra infantil para identificar si realmente padece esta afectación. Detectar el autismo a temprana edad puede ayudar en gran medida al pequeño, ya que podréis prever los retrasos en el desarrollo, en el aprendizaje que va a tener en el futuro, para poder mejorar sus relaciones sociales, regulación emocional y su pronóstico.

De hecho, tal como indica este estudio publicado en Psychosocial Intervention, “si el diagnóstico precoz va seguido de una intervención temprana, el pronóstico será mejor, especialmente en la regulación de emociones, el control del comportamiento, las dificultades de comunicación y las habilidades funcionales en general.”

¿Y qué papel tenéis vosotros como padres? En vuestro caso, será fundamental tomar consciencia de la situación y aceptar que será necesario crear en casa nuevas dinámicas para todos los miembros de la familia. También conviene tener en cuenta que es habitual que en las familias con un hijo con el trastorno del espectro autista, se presenten niveles de estrés crónico superiores a otras familias con niños con discapacidad, debido a la incertidumbre que genera su pronóstico.

El lado positivo es que, gracias a una detección precoz, será más fácil adaptar el tratamiento al niño. Aun así, los padres pasan un duelo, es posible que tengan dudas sobre como manejar la situación o que termine afectando psicológicamente a uno de los padres, por shock o negación. Incluso, en el diagnóstico de este tipo de afectaciones, es frecuente sentir culpabilidad, y rastrear si hubo alguna acción que podría haber desencadenado la afectación (Martín y León, 2008).

En estos casos conviene contar con la ayuda de un profesional para enfrentarse a esta situación con el apoyo necesario tanto para el niño como para los padres. Este es uno de nuestros papeles: en Centro Lapsi estamos especializados en psicología perinatal, para familias, adultos y niños. Si crees que necesitas un acompañamiento durante esta etapa, te invitamos a contactar con nosotros para ver cómo podemos ayudarte.

Tuulikki Trias

Tuulikki Trias

Directora del Centro LAPSI

¿Quién soy?

Psiquiatra y psicoterapeuta, especializada en niños y adolescentes.
Tengo especial interés en la psicología perinatal, la primera infancia (0-3 años) y en el trabajo psicoterapéutico del primer vinculo de la madre/padre y el bebé.
Especializada en psicología de gemelos.