PSICOterapia adolescentes
Adolcentes y adultos jóvenes
Las preocupaciones de los adolescentes suelen estar relacionadas con problemas de autoestima, dificultades en las relaciones, presión en los estudios, cambios de humor y dificultad para regular la vida emocional. Un adolescente puede tener un sentido del juicio similar a un adulto, pero todavía es un niño a nivel emocional, y necesita apoyo de sus padres.
Las dificultades en el desarrollo y las presiones del entorno pueden manifestarse de muy diversas maneras. Estas pueden llevar a un retraimiento, una disminución del rendimiento escolar, depresión, ansiedad, tensión, nerviosismo, irritabilidad, impulsividad o alteración de conducta. También son corrientes los trastornos alimentarios, el juego excesivo o el uso de sustancias.
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Para los padres puede ser difícil mantener contacto con un joven si la confusión y la crisis de la adolescencia es acentuada y el joven desafía a los padres. El ambiente en casa puede ser a veces tenso, y el joven puede tener momentos de inseguridad o de emociones intensas.
En la primera visita en le centro Lapsi se escuchan las inquietudes del joven y la familia, para luego considerar un plan de intervención. A veces, una sola visita es suficiente, pero si es necesario se plantea más visitas para definir bien la valoración diagnostica y su tratamiento.
Durante la adolescencia, los padres tendrán que estar atentos cuando se den las siguientes situaciones
Descuida su apariencia e higiene
Está constantemente irritable y cansado
Le cuesta regular sus emociones y controlar su conducta
Comienza a obtener calificaciones malas en la escuela
Una persona joven que ha sido positiva y comunicativa en el pasado se cierra, se aísla y no se relaciona con sus amigos
Evita comer junto con la familia
Tiene una pérdida clara de peso
Ha puesto repetidamente en peligro su propia seguridad
En varias ocasiones ha llegado a casa bajo consumo de sustancias
Algunas veces para dar una buena respuesta en estas situaciones es necesario recibir ayuda y pautas concretas de actuación.
Adolescencia
La adolescencia es una época de grandes cambios. En ninguna otra etapa de la vida es posible cambiar la personalidad de una persona de una manera tan decisiva. El desarrollo de la personalidad del adolescente va ligada a la adaptación a cambios físicos importantes, al desarrollo de la sexualidad, a la independencia de los padres y a la maduración.
En esta etapa se forma una identidad propia. El desarrollo de la identidad se basa en experiencias de la infancia y en la identificación con personas que se consideran un referente.
La nueva identidad del joven se va formando y ello conlleva renunciar a su autopercepción infantil. Esta fase es un reto tanto para los jóvenes como para sus padres. El desarrollo de la identidad requiere que el joven sea capaz de probar, ver, reflexionar y elegir entre diferentes opciones y diferentes modelos de pensamiento. Los jóvenes necesitan apoyo para comenzar a comparar los valores de la familia y del resto del mundo.
La identidad se forma al interactuar con otras personas y requiere la retroalimentación de los demás. El papel y el apoyo de los padres es fundamental. Las valoraciones del grupo de amigos influyen en la percepción que tiene el joven de su posición en las relaciones sociales.
El joven construye una imagen de sí mismo en gran parte sobre la base de las actitudes de los demás. La identificación en grupos aumenta la autoestima y el sentimiento de pertenencia. A medida que el joven se independiza, la necesidad de similitud se convierte en una búsqueda de la individualidad. Entonces el jóven confía en sus propias opiniones y valores, y vive de acuerdo con ellos.
Los adultos jóvenes que han logrado una identidad estable pueden dedicarse al estudio y al trabajo sin problemas. Además, estarán bien dotados para formar amistades y relaciones cercanas.
Que hacemos en Lapsi
En la primera visita en el Centro LAPSI se escuchan las inquietudes del joven y la familia, para luego considerar un plan de intervención.
Una sola visita puede ser suficiente, pero si es necesario se plantea más visitas para definir bien la valoración diagnostica y su tratamiento. A veces es necesaria la psicoterapia individual o familiar.
En las visitas de orientación y apoyo para los padres se pueden abordar dificultades y preocupaciones relacionados con la crianza de los hijos. Estos incluyen, por ejemplo, el respaldo a los padres en situaciones complejas, desafíos educativos o dudas relacionadas con el crecimiento y desarrollo del joven.También se ofrece psicoeducación sobre los trastornos de salud mental del hijo, así como del tratamiento psicoterapéutico y farmacológico.