blog de psicología, perinatalidad y psiquiatría
¿Por qué llora mi bebé?

El llanto es la forma en que un bebé comunica sus necesidades. Aunque puede ser estresante y confuso, no es algo que un bebé haga para molestar, sino que es su manera de expresar lo que necesita. Puede llorar por hambre, cansancio, incomodidad, aburrimiento o simplemente por la necesidad de sentirse seguro y querido. Sin embargo, en ocasiones, no hay una razón clara para el llanto, y eso también es completamente normal.
Posibles motivos del llanto
- Hambre
Es una de las razones más comunes. Los bebés necesitan alimentarse frecuentemente, y un llanto exigente o el hecho de llevarse las manos a la boca suelen ser señales de hambre. Si el bebé no es alimentado a tiempo, el llanto puede volverse más intenso. - Cansancio
Cuando el bebé está cansado, es posible que se frote los ojos, bostece o comience a llorar. A veces, aunque está claro que está agotado, se le hace difícil conciliar el sueño, lo que provoca más llanto. - Incomodidad física
Un pañal sucio, ropa incómoda o una postura que le resulte incómoda son causas comunes de llanto. Asegúrate de que el bebé esté limpio, cómodo y con la ropa adecuada para la temperatura. - Temperatura
Si el bebé tiene frío o calor, lo notará rápidamente. Puedes verificar la temperatura de su cuello o espalda para asegurarte de que está cómodo. Si está demasiado caliente, quítale una capa de ropa, y si tiene frío, agrégale algo más. - Dolor o malestar digestivo
El cólico, los gases o la indigestión son comunes en los primeros meses. Un masaje suave en la barriguita o el movimiento rítmico pueden ayudar a aliviarlo. Recuerda que su sistema digestivo aún está en desarrollo. - Necesidad de cariño
El bebé también llora porque necesita consuelo y contacto cercano. A menudo, se siente más tranquilo al estar cerca de su madre o padre, recibiendo el cariño y la seguridad que busca.
¿Y si no hay una razón clara?
A veces, no hay una causa obvia del llanto. Los bebés lloran porque necesitan sentirse acompañados o seguros, incluso si no hay hambre ni incomodidad. Los padres deben siempre responder y atender a un bebé que llora, ya que hacerlo le transmite seguridad. Los bebés nunca lloran para molestar, sino para comunicar lo que necesitan, aunque no siempre sea evidente.
Los padres aprenden con el tiempo a reconocer los diferentes tipos de llanto, y también a identificar los gestos, movimientos o vocalizaciones que preceden al llanto. Algunas veces, el bebé puede no estar llorando, sino simplemente quejándose o haciendo ruidos suaves que indican incomodidad. Con el tiempo, aprenderás a interpretar estas señales.
Cada bebé es diferente
Algunos bebés necesitan un lugar silencioso y oscuro para calmarse, mientras que otros pueden dormirse en medio de una multitud o con ruidos fuertes a su alrededor. Esto se debe al temperamento y la personalidad única de cada bebé. Algunos bebés lloran mucho, mientras que otros casi no lo hacen. Lo importante es entender que, aunque el llanto puede ser difícil de manejar, es una parte natural del desarrollo del bebé.
Es fundamental recordar que el bebé llorará hasta que se le ayude a aliviar su malestar. Si nadie le responde, continuará llorando hasta que se agote y se duerma, lo cual no es beneficioso para él. El llanto prolongado sin consuelo puede aumentar la ansiedad del bebé y generar un mayor estrés, lo que podría afectar su bienestar emocional a largo plazo.

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El impacto del ambiente en el bebé
Un adulto tranquilo y sereno también ayuda a calmar al bebé. Los bebés son muy sensibles a las emociones y al entorno en el que se encuentran. Perciben cómo se siente su cuidador a través de gestos, tono de voz y tacto. Si el ambiente en el hogar es positivo, tranquilo y lleno de cariño, el bebé se sentirá más seguro. Por el contrario, si el ambiente es tenso o conflictivo, el bebé se pone más nervioso.
Es importante que los padres intenten mantener la calma, incluso cuando el llanto sea constante o difícil de manejar. El bebé percibe los estados de ánimo y emociones de sus padres, por lo que, si un padre está inseguro o ansioso, puede aumentar la ansiedad del bebé. Aunque puede ser difícil, intentar mantener la serenidad no solo es beneficioso para ti, sino también para tu bebé.
Cómo calmar al bebé
- Cercanía y contacto físico: El contacto cercano con los padres es fundamental. Tomar al bebé en brazos, mecerlo suavemente o incluso hablarle en un tono tranquilo puede ser muy efectivo.
- Revisa pañales y ropa: Verifica que el bebé esté limpio y cómodo. A veces, un pañal sucio o una prenda incómoda pueden ser la causa de su malestar.
- Alimentación: Si tienes dudas sobre si el bebé tiene hambre, ofrecerle el pecho o el biberón es una opción.
- Movimiento suave y masajes: Los movimientos rítmicos o un ligero masaje en la barriguita pueden ayudar a aliviar cólicos o gases.
- Ambiente tranquilo: Hablarle suavemente, cantarle o poner música relajante puede ayudar a calmar al bebé.
¿Qué pasa si el llanto persiste?
Si después de intentar calmar al bebé, el llanto continúa y parece más agudo o persistente, puede ser una señal de que algo más está ocurriendo. En esos casos, es importante estar atento a signos de enfermedad, como fiebre, dolor, cambios en el apetito o dificultad para dormir. Si el llanto parece no tener razón aparente y el bebé está incómodo o irritable, es recomendable consultar a un pediatra.
Cómo cuidar a los padres
Cuidar de un bebé, especialmente uno que llora constantemente, puede ser agotador. Es fundamental que los padres también se tomen el tiempo para descansar y cuidarse a sí mismos. Pedir ayuda a familiares o amigos para que te apoyen en los momentos de mayor cansancio es esencial. Recuerda, no estás solo en esta experiencia, y tu bienestar también es clave para poder cuidar a tu bebé de la mejor manera.
En resumen, el llanto de un bebé es una forma natural de comunicación. Aunque puede ser difícil de entender al principio, con el tiempo los padres aprenden a reconocer lo que el bebé necesita y cómo calmarlo. Es esencial que respondas con cariño, tranquilidad y paciencia, porque tu bebé está buscando consuelo y seguridad. Y aunque el proceso puede ser desafiante, recuerda que, al final, esta etapa pasará.
Contar con la ayuda de un profesional
El tratamiento de la depresión postparto permite vivir una evolución positiva a largo plazo de las dificultades del bebé. Mejora la relación entre madre e hijo, y el funcionamiento del niño. Se ve reflejado tanto en su comportamiento, como en sus capacidades cognitivas, emocionales y relacionales.
En cualquier caso, si la persona muestra durante varias semanas los síntomas que hemos explicado, lo más recomendable es poder tratar la situación con un especialista en psicología perinatal. Gracias al soporte profesional, será mucho más fácil indagar en la fuente del malestar para poder disfrutar lo más pronto posible del recién nacido, apoyar el buen desarrollo emocional del bebé y darle la bienvenida que necesita.

Tuulikki Trias
Directora del Centro LAPSI
¿Quién soy?
Psiquiatra y psicoterapeuta, especializada en niños y adolescentes.
Tengo especial interés en la psicología perinatal, la primera infancia (0-3 años) y en el trabajo psicoterapéutico del primer vinculo de la madre/padre y el bebé.
Especializada en psicología de gemelos.