blog de psicología, perinatalidad y psiquiatría
Cuando un joven está triste o ansioso: señales y cómo ayudar

La adolescencia es una etapa llena de emociones intensas y cambios, donde los altibajos emocionales son naturales. Sin embargo, cuando la tristeza o la ansiedad se vuelven persistentes o interfieren con la vida cotidiana, es importante prestar atención y buscar apoyo. En estos casos, el joven puede estar experimentando algo más serio, como depresión o ansiedad, y es crucial abordar el problema de manera sensible y efectiva.
La tristeza en la juventud
Es completamente normal que los jóvenes experimenten momentos de tristeza, melancolía o frustración. La adolescencia es un periodo de transición en el que los cambios hormonales, sociales y emocionales afectan a los jóvenes, por lo que no es raro que, de vez en cuando, se sientan abrumados o tristes. Sin embargo, cuando la tristeza se vuelve persistente o cuando se asocia con otros síntomas como el retraimiento social, la falta de interés por las actividades que antes eran placenteras, la irritabilidad o la agresividad, entonces podría ser una señal de que algo más está sucediendo.
Los jóvenes que sufren de depresión pueden parecer simplemente desinteresados o “apagados”, pero a veces experimentan una profunda sensación de vacío, aburrimiento o desesperanza que les impide disfrutar de la vida cotidiana. Este tipo de depresión puede manifestarse de manera diferente a lo que la mayoría de las personas espera.
La ansiedad en los jóvenes: un sentimiento silencioso
A menudo, la ansiedad es un sentimiento que los jóvenes intentan ocultar. Es común que sientan una presión constante por cumplir con las expectativas sociales, académicas y familiares, y esto puede desencadenar una ansiedad que se manifiesta de formas más sutiles, como la sobreexcitación o el perfeccionismo. Un joven ansioso puede ser extremadamente autocrítico, tener miedo al fracaso y sentirse constantemente presionado por la necesidad de controlarlo todo.
A veces, esta ansiedad se presenta a través de comportamientos de evitación, como evitar situaciones sociales, hablar en público o participar en actividades que anteriormente disfrutaban. El miedo al juicio o a no estar a la altura puede ser paralizante, y los jóvenes pueden refugiarse en el aislamiento, lo que aumenta su malestar emocional.
La ansiedad también puede llevar a una mayor tendencia a sentirse culpable o avergonzado por no poder controlar sus pensamientos o emociones. El sentimiento de estar «fuera de control» puede ser muy angustiante y difícil de manejar para ellos, lo que puede hacer que se retraigan aún más o traten de ocultar su malestar a los demás.
Los riesgos de la depresión y la ansiedad en los jóvenes
Cuando un joven experimenta una tristeza o ansiedad prolongada, puede verse afectado no solo en su bienestar emocional, sino también en su capacidad para funcionar en su vida diaria. La escuela, las relaciones sociales, los pasatiempos y las actividades cotidianas pueden verse gravemente impactadas. La falta de motivación para realizar tareas cotidianas o el aislamiento social son señales de que la situación está más allá de lo que podría considerarse «normal».
Además, es importante estar alerta ante signos más graves, como pensamientos suicidas o el uso de sustancias para lidiar con las emociones negativas. La depresión y la ansiedad son factores de riesgo para la autolesión y los trastornos por abuso de sustancias, ya que algunos jóvenes buscan una forma de escapar de la intensidad de sus emociones.

¿Quieres una cita?
+34 660 292 424
Puedes llamarnos o escribir un email. ¡Estaremos encantadas de atenderte!
¿Prefieres que te llamemos?
¿Quieres una cita?
+34 660 292 424
Puedes llamarnos o escribir un email. ¡Estaremos encantadas de atenderte!
¿Prefieres que te llamemos?
¿Qué hacer si sospechas que tu hijo está deprimido o ansioso?
Si notas que tu hijo o hija ha estado actuando de manera diferente, aislándose más de lo habitual, mostrándose irritado sin razón aparente o participando en conductas autodestructivas, es fundamental hablar con él o ella de manera abierta y sin juzgar. Pregúntales directamente cómo se sienten, pero con empatía, paciencia y un enfoque calmado.
Es importante crear un espacio seguro donde el joven pueda expresar sus sentimientos sin miedo al rechazo o al juicio. Recuerda que, a menudo, los jóvenes se sienten incomprendidos y no saben cómo comunicar lo que les sucede. Escuchar y validar sus emociones puede ser el primer paso para que busquen la ayuda que necesitan.
Si los síntomas persisten durante más de unas semanas o afectan gravemente su vida diaria, es fundamental considerar el apoyo de un profesional de la salud mental. Un terapeuta o profesional especializado puede ayudar al joven a identificar las raíces de su tristeza o ansiedad, y ofrecer herramientas para afrontarlas. La intervención temprana puede hacer una gran diferencia en la vida de un joven, ayudándolo a superar los momentos difíciles y encontrar formas saludables de lidiar con el estrés y las emociones intensas.
Señales a tener en cuenta:
- Aislamiento social: Evitar interacciones sociales, incluso con amigos cercanos o familiares.
- Cambios en el comportamiento: Irritabilidad, agresividad, apatía o indiferencia hacia actividades que antes eran placenteras.
- Síntomas físicos: Dolores de cabeza, dolor de estómago, fatiga excesiva o cambios en los hábitos alimenticios.
- Dificultad para concentrarse: Problemas para mantenerse enfocado en la escuela o en actividades cotidianas.
- Pensamientos autocríticos: Sentimientos de culpa, vergüenza o inutilidad que no desaparecen con el tiempo.
- Uso de sustancias: El consumo de drogas o alcohol como una forma de lidiar con el malestar emocional.
Como apoyar a un joven que pasa por momentos difíciles:
- Escucha activa: Escuchar sin interrumpir ni juzgar es fundamental para que el joven se sienta comprendido.
- Ofrece apoyo emocional: Muestra empatía y comprensión, y hazle saber que no está solo en sus sentimientos.
- Mantén la calma: No te pongas a la defensiva ni reacciones con críticas o reproches, ya que esto puede hacer que el joven se cierre aún más.
- Fomenta la expresión emocional: Anima al joven a hablar sobre sus sentimientos, ya sea a través de palabras, arte, escritura o cualquier otra forma de expresión.
- Busca ayuda profesional si es necesario: Si el joven muestra signos de depresión o ansiedad, no dudes en buscar el apoyo de un profesional de la salud mental que pueda ofrecer el tratamiento adecuado.
Conclusión
La adolescencia es una etapa llena de altibajos emocionales, pero cuando la tristeza o la ansiedad persisten y afectan gravemente la vida cotidiana de un joven, es vital actuar con sensibilidad y sin juicio. Los jóvenes pueden sentirse atrapados en sus emociones, pero con el apoyo adecuado, pueden superar los desafíos emocionales y encontrar la estabilidad que necesitan. Hablar abiertamente, validar sus sentimientos y, si es necesario, buscar ayuda profesional, son pasos fundamentales para asegurar su bienestar y salud emocional a largo plazo.
Contar con la ayuda de un profesional
En Centro Lapsi ofrecemos psicoterapia individual de adolescentes y terapia familiar, enfocándonos especialmente en tratar las dificultades psicológicas durante la adolescencia. Nos dedicamos a abordar trastornos y dificultades que surgen en esta etapa crítica, buscando también estrechar el vínculo entre el joven y sus padres.
Si un hijo/a presenta, durante varias semanas, los síntomas o dificultades que hemos mencionado, es recomendable consultar a un especialista en adolescentes. Con el apoyo profesional, se trata de identificar las causas del malestar, hacer una evaluación diagnostica y brindar el acompañamiento necesario para favorecer su desarrollo emocional.

Tuulikki Trias
Directora del Centro LAPSI
¿Quién soy?
Psiquiatra y psicoterapeuta, especializada en niños y adolescentes.
Tengo especial interés en la psicología perinatal, la primera infancia (0-3 años) y en el trabajo psicoterapéutico del primer vinculo de la madre/padre y el bebé.
Especializada en psicología de gemelos.