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Cuando un joven se niega a ir a la escuela: causas y cómo ayudarlo

El absentismo escolar es un desafío creciente y, a menudo, es señal de que el joven está enfrentando problemas más profundos que necesitan ser abordados con urgencia. Si bien es común que los adolescentes experimenten aversiones temporales a la escuela, cuando las ausencias se prolongan o se vuelven repetitivas, es crucial investigar las causas subyacentes y trabajar en conjunto con la escuela y la familia para ayudar al joven.
Las razones detrás del absentismo escolar
Aunque cada joven es único, existen varias razones comunes que pueden explicar por qué un adolescente se niega a ir a la escuela. Las causas más frecuentes suelen estar relacionadas con problemas de salud mental, pero también pueden estar influenciadas por factores familiares, sociales o académicos.
Problemas de salud mental
La salud mental de un joven es una de las razones más comunes detrás del ausentismo escolar prolongado. Trastornos como la depresión, los trastornos de ansiedad (incluidos el miedo a situaciones sociales, el trastorno obsesivo-compulsivo o el trastorno de ansiedad generalizada) y el agotamiento pueden hacer que el joven se sienta abrumado por la escuela. Estos problemas no siempre son visibles de inmediato y pueden ser difíciles de identificar para los padres o profesores.
- Acoso escolar: El bullying o el acoso escolar es una de las principales causas que puede generar una aversión a la escuela. Los jóvenes que experimentan este tipo de abuso a menudo desarrollan miedo y ansiedad en relación con el entorno escolar, lo que puede llevar a evitar ir a clase.
- Autocrítica excesiva: Algunos jóvenes pueden ser muy exigentes consigo mismos, buscando alcanzar estándares poco realistas de rendimiento académico o social. Esta presión interna puede generar ansiedad, frustración y, en algunos casos, llevar al joven a querer evitar situaciones que lo hacen sentir incapaz o insuficiente.
- Trastornos de ansiedad: El miedo a interactuar con otros, los temores generalizados o la ansiedad relacionada con situaciones específicas (como exámenes, presentaciones orales o interacciones sociales) puede ser tan intenso que el joven prefiere quedarse en casa.
- Dificultades de aprendizaje: Algunos trastornos de aprendizaje no diagnosticados pueden generar una sensación de frustración en los jóvenes, lo que les lleva a evitar la escuela. Estos trastornos pueden hacer que el estudiante se sienta constantemente atrás o incapaz de seguir el ritmo de sus compañeros, lo que puede afectar su motivación y autoestima.

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Otros Factores Influyentes
- Desafíos familiares: Las tensiones familiares, como conflictos entre padres, divorcios, problemas económicos o la falta de apoyo emocional en casa, pueden hacer que un joven se sienta inseguro o estresado. Esto puede afectar su capacidad para concentrarse en la escuela o incluso generar el deseo de huir de un entorno que perciben como abrumador.
- Consumo de sustancias: En algunos casos, el consumo de sustancias como drogas o alcohol puede estar detrás del absentismo escolar. Los jóvenes que recurren a estas sustancias a menudo lo hacen para afrontar problemas emocionales, y sus ausencias pueden estar relacionadas con el deseo de evitar enfrentarse a la realidad o al entorno escolar.
El círculo vicioso del abandono escolar
El absentismo escolar prolongado, si no se aborda adecuadamente, puede convertirse en un ciclo negativo que solo empeora con el tiempo. Cuanto más tiempo un joven pasa fuera de la escuela, más difícil se vuelve para él volver a integrarse en el entorno académico. Este ciclo de exclusión puede generar sentimientos de desesperanza, aislamiento y, en algunos casos, llevar a la deserción escolar completa.
La exclusión social en la escuela, ya sea por bullying o por una desconexión emocional con los demás, puede tener efectos duraderos. El joven puede sentirse desconectado no solo de sus compañeros, sino también del sistema educativo en general, lo que puede llevar a una mayor evasión.
La importancia de abordar el problema temprano
El pronóstico para los jóvenes que experimentan ausentismo escolar es mucho mejor cuando el problema se aborda temprano. La intervención temprana puede prevenir el agravamiento de los problemas emocionales y académicos, y mejorar la calidad de vida del joven.
Un enfoque integral y colaborativo es clave. Este debe incluir la cooperación entre la escuela, la familia y profesionales de la salud mental para identificar la causa raíz del problema y elaborar un plan de acción que apoye al joven de manera efectiva.
El papel de los profesores y el personal escolar
Los profesores, especialmente los profesores de educación especial, juegan un papel crucial en la identificación temprana de los signos de ausentismo y en la intervención en el aula. Los docentes pueden observar cambios en el comportamiento de los estudiantes, como la falta de participación, la desmotivación o los cambios de humor, que pueden indicar problemas subyacentes. Cuando los profesores identifican estos síntomas, es importante que se comuniquen con los padres o tutores para discutir el problema y explorar posibles soluciones.
En algunos casos, los orientadores escolares y psicólogos educativos también pueden intervenir para proporcionar apoyo emocional y ayudar a desarrollar estrategias para reintegrar al estudiante en la escuela de manera gradual.
El rol de la familia
La familia tiene un papel fundamental en el bienestar emocional del joven. Los padres deben estar atentos a las señales de estrés, ansiedad o depresión en sus hijos y no dudar en buscar ayuda profesional cuando sea necesario. Además, el apoyo emocional en casa es esencial para que el joven se sienta comprendido y respaldado.
Es vital que la familia trabaje en colaboración con la escuela, participando en reuniones de seguimiento y apoyando al joven en sus esfuerzos por volver a la escuela. La creación de un entorno de confianza y apoyo en casa puede marcar una gran diferencia en la recuperación y reintegración del joven.
La prevención de la exclusión juvenil
Prevenir el abandono escolar no se trata solo de hacer que el joven vuelva a la escuela, sino también de asegurarse de que se sienta apoyado y comprendido. Los jóvenes que han experimentado absentismo escolar a menudo enfrentan una disminución en su autoestima y pueden sentirse desconectados de sus compañeros. Por ello, es fundamental proporcionarles el apoyo adecuado para que puedan recuperar su confianza y volver a involucrarse activamente en su educación.
La intervención temprana, el apoyo psicológico y la creación de un entorno escolar inclusivo son factores determinantes para romper el ciclo de exclusión juvenil. Trabajar en conjunto con el joven para entender sus necesidades emocionales y académicas es crucial para ayudarle a superar los obstáculos que enfrenta.
Conclusión
El absentismo escolar prolongado puede ser un síntoma de problemas emocionales y psicológicos que requieren atención y acción inmediata. Ya sea causado por ansiedad, depresión, dificultades familiares o problemas de aprendizaje no diagnosticados, es importante abordar la situación lo antes posible para evitar que el joven se aleje aún más de su educación y bienestar. Con la colaboración entre la escuela, la familia y profesionales de la salud, es posible ayudar al joven a superar estas dificultades y darle las herramientas necesarias para tener experiencias de exito tanto en la escuela como en su vida personal.
Contar con la ayuda de un profesional
En Centro Lapsi ofrecemos psicoterapia individual de adolescentes y terapia familiar, enfocándonos especialmente en tratar las dificultades psicológicas durante la adolescencia. Nos dedicamos a abordar trastornos y dificultades que surgen en esta etapa crítica, buscando también estrechar el vínculo entre el joven y sus padres.
Si un hijo/a presenta, durante varias semanas, los síntomas o dificultades que hemos mencionado, es recomendable consultar a un especialista en adolescentes. Con el apoyo profesional, se trata de identificar las causas del malestar, hacer una evaluación diagnostica y brindar el acompañamiento necesario para favorecer su desarrollo emocional.

Tuulikki Trias
Directora del Centro LAPSI
¿Quién soy?
Psiquiatra y psicoterapeuta, especializada en niños y adolescentes.
Tengo especial interés en la psicología perinatal, la primera infancia (0-3 años) y en el trabajo psicoterapéutico del primer vinculo de la madre/padre y el bebé.
Especializada en psicología de gemelos.